Durante los últimos años, el sistema de ciencia español se ha visto afectado por una política de descapitalización que ha reducido la financiación de forma dramática a todos los niveles. El grupo de Químicos Teóricos Españoles que se ha dado cita en el IX Congreso internacional ESPA (Electronic Structure: Principles and Applications), celebrado en Badajoz del 1 al 4 de julio, quiere denunciar esta política. La disminución abrupta de los presupuestos asignados a investigación supone la ruptura de una trayectoria de crecimiento y puesta en valor de la ciencia española y compromete, definitivamente, la incorporación de nuestro país al grupo de países más avanzados y, muy probablemente, la posibilidad de recuperación económica. De hecho, ya afecta seriamente a la participación de los científicos españoles en el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea.
Construir un sistema competitivo y eficiente de investigación científica comparable en resultados ─sobre todo teniendo en cuenta la financiación que se le ha dedicado─ a la de países con tradición científica centenaria, ha costado decenas de años, pero puede ser completamente destruido en muy poco tiempo. Si la política científica actual no cambia de rumbo urgentemente, el daño será irreparable. La sociedad española tiene derecho a conocer estos hechos, consecuencia de malas y negligentes políticas en el ámbito de la ciencia, la investigación y la educación:
- reducción de la financiación para proyectos de investigación y mantenimiento de las infraestructuras ya existentes;
- práctica desaparición de las contribuciones a laboratorios, centros e instalaciones de carácter supranacional;
- disminución de los recursos destinados a programas de formación de personal investigador, tanto a nivel predoctoral como postdoctoral;
- disminución de los recursos destinados a la reincorporación de científicos españoles actualmente en el extranjero;
- ausencia de oferta de empleo estable en el sistema de ciencia español;
- incremento de las tasas universitarias en todos los niveles formativos, especialmente en el de Máster, paso previo necesario para el doctorado.
Esta situación produce desaliento en el presente, pero sobre todo una honda preocupación por la amenaza de que la ciencia española que, sin duda, ha llegado a ser competitiva con la de otros países líderes pase nuevamente a ocupar un papel irrelevante en el panorama internacional. Especialmente dramática es la grave injusticia que se comete con las jóvenes promociones de científicos, cantera necesaria para el relevo generacional que se verán abocadas sin remisión a la emigración o a la frustración profesional y, lamentablemente, a su irremediable pérdida.