Tuesday 13 October 2015

La investigación universitaria impulsa la economía rural


El CIA desarrolló en 5 años 22 proyectos agroambientales y alimentarios.


La investigación universitaria se está convirtiendo en un elemento dinamizador del desarrollo rural sostenible, favoreciendo la revalorización de los recursos del territorio por su contribución a las diferentes actividades de las industrias agroalimentarias.

Esta repercusión socioeconómica en una provincia desangrada demográficamente es una de las consideraciones de la última memoria del Centro de Investigacións Agroambientais e Alimentarias (CIA), una agrupación estratégica de investigación universitaria -la única gallega en un campus periférico- que cuenta con financiación de la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria.

De las ocho agrupaciones estratégicas de investigación con financiación autonómica, tres versan sobre nuevas tecnologías; dos sobre medicina; una sobre química y otra sobre el mar. La ourensana, dirigida por Jesús Simal, es la única que vincula los ámbitos ambiental, agrario y alimentario en la cadena de producción de alimentos. Es en ese terreno en el que está llamada a ser «unha peza chave para o futuro exitoso do sector agroalimentario» y un apoyo para proyectos económicos de éxito que asienten población en la geografía rural gallega.

Constituido por grupos de investigación del CITI (Centro de Investigación, Transferencia e Innovación, de la Tecnópole), la Facultad de Ciencias de Ourense y la Facultad de Bioloxía de Vigo, el CIA reúne a varias decenas de investigadores. Trabajan en torno a tres ejes: la producción primaria sostenible, el desarrollo de nuevos productos y la calidad y seguridad alimentaria.

Su participación en programas de formación y la investigación cooperativa y multidisciplinar son dos de sus fortalezas. Incrementar la transferencia de los resultados de sus investigaciones al sector público y al privado, y aumentar su presencia en proyectos internacionales, son sus retos.

Colaboración con empresas

La repercusión de sus investigaciones queda patente con los programas de colaboración con 38 empresas alimentarias con interés en productos como aceite, agua, pescado, aves, galletas, bebidas alcohólicas, lácteos, carnes, platos preparados, pan o surimi. Esa colaboración con el sector empresarial ha dado lugar a numerosos proyectos de investigación y ha supuesto una fuente de financiación a mayores, ya que el 34% de los fondos del centro entre 2012 y 2014 procedía de firmas privadas.

Los acuerdos de transferencia y explotación de las investigaciones han dado resultados concretos, como el diseño de procedimientos para obtener aguardiente de castañas y el de un extracto gelificable de proteínas a partir del agua de cocción de pescado, así como la composición para aumentar el contenido proteico en carne de pescado y el procedimiento para su aplicación.