La facultad de Ciencias tiene tantos años como el propio campus de Ourense. Inmersa en importantes cambios en los últimos años, derivados de la reconversión de algunos títulos y la eliminación de otros, pasa hoy, según su decano, por un buen momento. «La matrícula ha ido a más porque hay más oferta, y de una mayor extensión», asegura Pedro Araújo, que dirige el centro desde hace cuatro años.
Los grados de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Ciencias Ambientales -ambas exclusivas en el panorama universitario gallego- e Ingeniería Agraria son los que oferta actualmente un competitivo centro que comparte ubicación, el edificio Politécnico, con la escuela de Informática.
No se puede hablar de Ciencias, con todo, sin hacer referencia a la polémica que rodea a la facultad desde hace años, a raíz de la conversión de Física en un grado de Ciencias Ambientales. Después de que la Justicia declarase nulas las decisiones que facilitaron ese cambio, la junta de titulación espera ahora a que la Universidad de Vigo de una nueva oportunidad a esa carrera, que se llamaría Ingeniería Física. De otra forma, los estudios se extinguirán en un año. «Creo que la facultad ha salido beneficiada porque ahora está más homogeneizada. En ese sentido, lo considero positivo», afirma sobre ese asunto el decano. «Ahora tenemos más presencia de alumnos de diferentes zonas geográficas y ofertamos dos titulaciones que son exclusivas. Somos un centro de referencia», argumenta.
Pese a todo, no son los mejores tiempos para las llamadas «ingenierías verdes», las relacionadas con las ramas agrícolas y forestales. La facultad tiene este curso 432 alumnos pero dos de sus tres grados tienen problemas para captar nuevos estudiantes en primer curso. Son los de Ingeniería Agraria y Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Las opciones formativas del centro se completan además con un completo programa de especialización formado por cinco posgrados, cuatro de ellos con mención de calidad. Se intenta así mejorar la especialización y, a la postre, la inserción laboral de todos los estudiantes, en un momento de perspectivas económicas difíciles.